La retórica populista entronca con la concepción marxista de la sociedad, que ve en el conflicto el rasgo dominante de las relaciones sociales. Pero algunos pensadores posmarxistas, como el fallecido Ernesto Laclau y su mujer Chantal Mouffe, dan un paso más: en vez de plantear una lucha de clases, abogan por la transversalidad de colectivos, movimientos sociales y fuerzas políticas. La idea, aplicada en España por Podemos, es reunir a los indignados de todas las clases en un único frente antiestablishment.
Para estos teóricos del populismo, el foco de infección de la democracia –lo que ha originado la crisis de representación– está en el “capitalismo financiarizado”, que ha ido equiparando paulatinamente los programas de los partidos europe…
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