Un balance de víctimas del primer año de Intifada, hecho por la ONG Palestinian Human Rights Monitoring Group, registra 560 muertos palestinos y 163 israelíes hasta el pasado 23 de septiembre.
Según las cifras de esta ONG (superadas en los últimos días), del total de víctimas palestinas, 88 (el 15,7%) pertenecían a los servicios de seguridad y el resto eran civiles; 59 (el 10,5%) eran menores de 15 años, y 81 tenían entre 15 y 18 años.
Al número de muertos hay que añadir 13 palestinos de nacionalidad israelí, 26 kamikazes muertos en acciones terroristas, 51 muertos cuyas causas no han podido ser claramente establecidas, y 24 «colaboracionistas» con Israel asesinados en los territorios (solo 2 después de un proceso).
En coordinación con la ONG israelí B’tselem, el informe estima en 163 los muertos israelíes, de los cuales 46 eran miembros de las fuerzas armadas y 117 civiles. Entre los civiles, 28 tenían menos de 18 años. De los militares, 34 han muerto en los territorios palestinos y 12 en Israel. El total de víctimas palestinas supone el doble que las que se produjeron durante el primer año de la anterior Intifada, de 1987 a 1988. Hay que tener en cuenta que entonces Israel no había utilizado disparos de obuses y de misiles contra asentamientos urbanos como hace ahora. Los asesinatos selectivos de Israel dirigidos contra activistas palestinos de la Intifada son ya más de 50.
El creciente recurso a soluciones represivas más que políticas se asocia no solo a la política de Sharon, sino también al cambio de mentalidad y de composición en la oficialidad del Ejército. Según un análisis que publica Le Monde (3-X-2001), si en otros tiempos las unidades de elite se nutrían en buena parte de jóvenes procedentes de los kibutzim, hoy cada vez hay más oficiales salidos de las escuelas rabínicas, yeshivot hesder, que mezclan estudios bíblicos y formación militar. De las once escuelas de este tipo, diez están en los territorios ocupados y son dirigidas por rabinos ultranacionalistas. De los 2.000 jóvenes que salen cada año de estas escuelas, el 70% acaban siendo oficiales. Según un estudio publicado en 1997, ya entonces estos jóvenes formaban el 25% de los oficiales intermedios en muchas unidades y la proporción ha seguido creciendo. Estos militares están en profunda sintonía con los colonos extremistas.