Ediciones Internacionales Universitarias. Madrid (2005). 276 págs. 15 €.
El autor, profesor de Filosofía del Derecho y autor de otros libros relativos a la bioética («Eutanasia y vida dependiente», «Nuevas cuestiones de bioética»), hace ahora un esfuerzo de síntesis para exponer en diez capítulos el estado de la cuestión de la protección jurídica de la vida humana. Las aproximaciones están conectadas con la biojurídica y la biopolítica, pues, para Serrano, ninguno de estos ámbitos es un compartimiento estanco.
Una de las aportaciones más relevantes de este trabajo es la relación de la mentalidad cientista y experimentalista actual con la ideología de la eugenesia, que se desarrolló sobre todo en el siglo XIX y a principios del siglo XX, y surtió sus efectos más terribles en la experimentación y selección de seres humanos realizada por la Alemania nazi.
Las conexiones de la actual eugenesia de corte progresista y libertario, y aquella basada en el nacionalismo y en la raza, son sacadas a la luz por el profesor Serrano de un modo altamente esclarecedor, continuando la tradición más humanista de la bioética, presente en algunos de sus fundadores como Hans Jonas.
El propio Serrano avanza por estos cauces, brindando, frente al totalitarismo, la defensa del principio de dignidad humana, a partir de la intrínseca capacidad de reconocerla con la razón y sea cual sea el credo al que se preste adhesión. Y amplía el compromiso por la defensa de la humanización, desde la política a las profesiones sanitarias, a los científicos y a la conducta personal o familiar.
El Derecho puede aportar unos principios básicos de convivencia y seguridad, forzosamente limitadores de las conductas individuales e institucionales, y que han de partir de unos valores que se tienen por verdaderos. Pero, al mismo tiempo, la autoridad política tiene que velar por el cumplimiento de esos mínimos para que no caigan en papel mojado. Serrano agudamente detecta que, sin acción preventiva e inspectora del Estado, es más fácil caer en «pendientes deslizantes» que terminan en una progresiva permisividad y desmoralización del Derecho.
Leyendo este libro se pueden desenmascarar nuevas formas de hipocresía en determinadas actitudes de los poderes públicos, al ponerse de manifiesto que se promulgan «leyes para que no se cumplan», como es el caso de las barreras legales -vigentes pero no efectivas- frente al aborto, a las prácticas de fecundación asistida y a la experimentación con células madre embrionarias.
Los últimos capítulos se dedican, respectivamente, a tres casos tomados de la actualidad española, recogiendo las más recientes reformas legislativas y los textos de los debates parlamentarios, junto a análisis de los sucesos de mayor impacto en la opinión pública: los avatares de la Ley de Reproducción Asistida, el debate sobre la eutanasia con el «caso Sampedro» y la película «Mar adentro», y las reformas de la legislación sobre el matrimonio.
En definitiva, nos hallamos ante un libro lleno de argumentos realistas y efectivos, aptos para ser trasladados al debate público, que da la impresión de que no ha hecho más que empezar.
Manuel García de Madariaga