La teoría crítica de la raza (TCR) ha pasado de ser una doctrina legal poco conocida a dominar, en su versión simplificada, la escena política estadounidense. Sus partidarios la presentan como una herramienta necesaria para extirpar el racismo y otras formas de opresión; sus detractores, como una estrategia para el adoctrinamiento.
Inspirados por el magisterio de Derrick Bell, el primer profesor afroamericano en conseguir una plaza fija en la Facultad de Derecho de Harvard, varios juristas de izquierdas empezaron a preguntarse cómo el Derecho contribuye a mantener unas estructuras sociales racistas. Entre ellos destaca la profesora Kimberlé Crenshaw, que contribuyó a desarrollar el movimiento en los años 80 del siglo pasado y sigue siendo u…
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